sábado, 27 de junio de 2009

Acervación inocua en la crujía del corazón sin diccionarios a la mano


Jugamos rudo y sólo por jugar, bailamos posesos todo el tiempo, saltamos de muy abajo, lloramos de vez en cuando para sentirnos un poco mejor, oímos la “buena música”; corremos y gritamos, también reímos (como orates). Amamos y queremos a una pareja, o a veces a dos, ¿por qué no?.

Pero en el país llamado deseo solo jugamos los fines de semana, bailamos solo de noche en algún antro repleto de oscuridad, saltamos al final de muy arriba una sola vez, si lloramos es por que algo muy fuerte nos saca de nuestros cabales, corremos y gritamos por nuestra vida, reímos de chistes o de otras personas, quizás sólo por compromiso. Amamos y queremos a dos parejas, a veces a una, ¿por qué?. Trabajamos.


····


Yo no lloro, así me enseñó mi padre lo que es ser un hombre; yo no blasfemo, así me enseñó mi madre que llegara la redención; yo no grito, así me enseñó el vecino que soy un buen ciudadano; yo no peleo, así me enseñó el gobierno a evitar los castigos; yo no pienso ni me esfuerzo, así me enseñó la tecnología a discernir; yo no sé lo que hago aquí, así me enseñó un tipo llamado Nietzsche. Cruel conciencia me arruinaras económicamente pero a ti que más te da.

viernes, 26 de junio de 2009

Dos corazones


Jamás te había visto así, fulminándome de pie con el poder de la debilidad femenina que vencería a cualquier esperpéntica araña de siete cabezas: mi ira, mi lujuria, mi gula, mi odio... todo se vino abajo. No pasé la saliva que me robaba aliento y estrangulaba mi garganta, los segundos mas largos que pude contemplar eran los que carcomían a esas lagrimas rodando en tus mejillas a las que enjugabas por el odio de no estar a solas.

Esas gotas me robaron algo. No me lo habían quitado antes, no sé como se llama, pero te lo llevaste acuestas, a donde sea que te encuentres; también sé que no sirvo para darte lo que quieres y me hace sentir en deuda. No tiene lógica y estoy harto, dime tu que te has llevado y por qué me siento tan culpable de haberlo puesto a tu alcance. Y, ¿por qué sigues operando a distancia?.

La ira me ataca cuando le hago el amor a la culpa, dentro de mis párpados la oscuridad acecha y no hay refugio en la realidad. El miedo de caer me ataca cuando estoy tan fuerte, guardo tus imágenes en lugar de romperlas. Trato de borrar tu rastro pero ¿y que tal si luego quiero ir tras de ti?.